¿Cómo se da la oxidación en los metales?

Seguramente alguna vez en tu vida has visto un pedazo de metal oxidado. Este proceso es conocido también como corrosión y se da por una serie de factores que expondremos enseguida.

Los factores que más influyen en el desencadenamiento de un proceso de corrosión son los siguientes:

La acidez de la solución: las más ácidas son las más corrosivas, por encima de las neutras y las alcalinas, puesto que permiten una reacción mayor en la zona de ánodo.

Las sales disueltas: la presencia de sales ácidas acelera el proceso de corrosión. Por su parte, las alcalinas pueden inhibir el proceso.

Las capas protectoras: su existencia puede limitar la aparición de la corrosión, ya sean recubrimientos aplicados sobre el material o capas fruto de la pasivación.

La concentración de oxígeno: según el material, la cantidad de oxígeno presente puede afectar al proceso corrosivo. En los metales férricos, a mayor cantidad de oxígeno, más rápida es la corrosión. Sin embargo, en los materiales pasivados sirve para potenciar la capa protectora.

La temperatura: la velocidad del deterioro suele aumentar a mayor temperatura, siendo el factor que más influye en la corrosión por oxidación.

En la industria, los desperfectos pueden suponer simples daños estéticos, que acaban desembocando en fallos precoces y en la reducción de la vida útil de la maquinaria.

Hay que tener en cuenta que la corrosión es capaz de consumir poco a poco piezas de gran tamaño, debilitando con el tiempo la máquina, hasta producir fallos mecánicos. Por esta razón es vital el correcto mantenimiento de la maquinaria industrial, para prevenir los daños a futuro, y su sustitución en cuanto sea necesario.

Existen múltiples formas de proteger los materiales metálicos de la corrosión, algo sin duda imprescindible en la actividad industrial. Asimismo, se pueden emplear aceros de alta resistencia e inoxidables, u optar por otro tipo de materiales como la fibra de vidrio